Sanando nuestro divino femenino

Me parece increíble estar escribiendo sobre este tema, yo, después de 8 años de estar trabajando con mujeres, dedicándome a la salud y alimentación de ellas, apenas hace algunos meses me embarqué en el viaje de reconectar con mi energía femenina.

Tal vez te preguntas “es que entonces no te sentías femenina?” bueno, este tema de nuestro divino femenino, del que espero extenderme un poquito por aquí, tiene poco que ver con usar vestidos, vestirnos de rosa y pintarnos la boca, ideas que tenemos desde pequeñas sobre lo que es ser femeninas.

La energía femenina divina es la energía sagrada dentro de ti. Es esa energía soberana, compasiva, abundante y amorosa dentro de cada uno de nosotros (hombres y mujeres). No es singular, es multifacética y lo abarca todo: es intuición, es emociones, es amor, es apertura, es cuidado y cariño, es creatividad, es creación. Gobierna el lado intuitivo de nuestro espíritu, en todo su esplendor. Desafortunadamente, debido a la forma en que la humanidad ha vivido en las últimas generaciones, esta expresión de ambas energías en equilibrio ha dado paso a personas que se enfocan específicamente en una u otra, pero mayoritariamente se ha favorecido, e incluso galardonado, el vivir en una eterna energía masculina. La energía sagrada masculina se enfoca en las cosas materiales y el mundo físico, en a parte mental y crítica. Y en nuestra sociedad hipercapitalista y patriarcal, cuál crees que ha ganado? 

En estos tiempos se vuelve complejo el querer recobrar el balance entre ambas energías, especialmente porque la mayoría de personas, hombres o mujeres, vivimos bajo esa influencia masculina tan fuerte. Hablamos de esa energía, que si bien es importante, nos tiene muy desequilibradas: desconectarnos de nuestras emociones, no escuchar nuestra intuición, vivir como si fuésemos hombres esperando rendir igual cada día, querer vivir siempre bajo una intensa hipnosis del mundo material controladas por tener y acumular…entonces volcamos nuestro poder, lo ocultamos y pasamos nuestra vida eternamente sintiéndonos casi locas, porque creemos que no podemos rendir todo el tiempo, pero la verdad es que no, no podemos ni debemos hacerlo. 

Retomando el inicio de este posteo, hace unos años pretendía servir a otras mujeres, ayudándoles a mejorar su alimentación y a alcanzar un estilo de vida más sano, pero lo hacía siempre desde una energía tan masculina. Lo triste del asunto es que nunca podía ver el gran error que estaba cometiendo, porque bajo esa energía podía hacer y hacer, metiéndome en un ciclo de estrés que me hacía creer que tenía todo bajo control, cuando en realidad estaba sedada por las hormonas del estrés, lo que años después me hizo caer en problemas de salud: infertilidad y desórdenes hormonales. 

Me tocó entonces rendirme ante la maternidad que llegó en el momento justo, me abrió los ojos poco a poco y me hizo entender por qué me costaba tanto conectar con esa energía, simplemente porque este sistema no está hecho para vivir bajo una energía más femenina, ni debería hacerlo, porque la idea es encontrar un balance, pero aún así, se vuelve difícil recuperar ese mismo balance y entonces entendí que era necesario, indispensable, pausar, reformular mis creencias y enfrentarme a mis sombras, fortalecerme para ir contracorriente y buscar un estilo de vida que me beneficiase a mí y a los míos. 

Cuento todo esto porque recolectar con nuestra energía femenina requerirá distintos caminos y decisiones de cada mujer, y mi camino se ha visto así, reescribiendo mi historia, soltando patrones enfermizos de relaciones, trabajo, estilo de vida y percepción de vida. 

Me di cuenta que estaba trabajando, ejercitándome, relacionándome con otras mujeres, compartiendo en redes sociales e incluso pensando bajo una energía tan masculina. Me exigía despertarme temprano todos los días, hacer ejercicio sin importar mi ciclo, competir con mi pareja y esperar que todas las tareas de casa se hiciesen 50%-50%, e incluso el tema del dinero era algo totalmente basado en energía masculina. Le hablaba y exigía a mis clientes desde esa energía, y esperaba de mí algo que no iba acorde a quien soy, entonces sentía que siempre fallaba, entonces, siempre me sentía fuera de lugar. 

Ya luego te contaré lo que tuve que hacer para lograr, y seguir logrando, mi reconexión energética. Por ahora te comparto más del tema. 

Por qué conectar con esta energía femenina? o como le llamamos, divino femenino. 

“Conectar con tu energía femenina divina significa conectarte más contigo misma. Significa conocer y aceptar todo lo que eres, amarte a ti misma, valorarte y estar arraigada en tu propia verdad y sabiduría intuitiva. Cuando te conectas con esta parte de ti, hay una fuerza encarnada que viene desde adentro. Y con ello, hay una recuperación de poder que está enraizada en la autenticidad, la dignidad, la autoaceptación y la confianza en una misma. Es una energía poderosa y transformadora; como la luna, la tierra y las mujeres, es sagrada, por lo tanto, elegir reconectarse con esta parte de ti puede ser una elección extremadamente poderosa que te permita vivir una vida más plena, más alineada y presente.” S.Patricia 

Ahora, reconectar con esta parte, requiere de ti una fortaleza grande, porque estás recontando contigo misma, y eso te llevará a enfrentarte a tus sombras más grandes, reconocer tus traumas, miedo e inseguridades para poder trasmutarlos en amor y aceptación, además de enfrentarte a una sociedad que te hará sentir que vas encontra de lo que ‘deberías’ hacer, e incluso ir encontra de tus propias creencias pues has sido criada y has crecido en este mismo sistema masculino. Puede ser que debas bajar intensidad de trabajo, cambiar de profesión, o trabajo, buscar otro lugar donde vivir, cortar con relaciones, sanar adicciones, dejar malos hábitos, y muchos pasos que deben tomarse para equilibrarte. 

Qué beneficios te puede traer reconectar con tu divino femenino? 

Retomar tu intuición, volver a tener ese poder de sentir las cosas, tomar decisiones porque se sienten bien, saber qué hacer, por dónde ir, sin tener que depender de la parte lógica y mental, importante pero muy influenciada por tu historia y ambiente. Mejorarás tus relaciones con otras mujeres, es más, dejarás las que no aportan a tu vida y empezarás a atraer mujeres medicina a tu lado, esas que vibran alto como tú y compartirán desde el amor, como siempre deberíamos hacerlo, sin celos, juicios o competencia. Amistades verdaderas. Serás un imán de cosas buenas. Y seguro pensarás “ajá, eso no es posible”, pues sí, porque quien entra en contacto con ella misma, inevitablemente entra en un proceso de sanción e inmediatamente empieza a vivir en coherencia con ella misma, y una mujer coherente escoge lo que necesita, lo que debe alcanzar para su desarrollo personal y así llegarán las oportunidades como un dominó, créeme!

Te sentirás tan poderosa. Cómo no? estás conectando con tu poder verdadero, de sabia, de bruja, de creadora, de mágica. Sanarás problemas de salud por desequilibrios energéticos. SOP, problemas de tiroides, tumores, quistes, miomas, pólipos, infertilidad…estos son síntomas de mujeres viviendo bajo altas exigencias y vidas controladas por energías masculinas, que han callado sus necesidades, que han ocultado sus sentimientos y han dejado de escucharse. 

Cómo reconectar? 

Te compartí algunas maneras en mi perfil de instagram y aquí algunas más: 

– Busca la naturaleza. La mujer florece cuando entra en contacto con la naturaleza, cuando camina descalza, cuando se sumerge en cuerpos grandes de agua (ríos, mares, lagos) y cuando aprecia la belleza natural. Si como yo, vives en una gran ciudad, llena tu espacio de plantas, busca parques o bosques cercanos y camina sin zapatos, colecta flores y llévalas a tu casa, enciende velas naturales o mantén luces tenues por la noche. 

– Admira la luna. Comprende los ciclos lunares y date baños de luna llena, o incluye algún accesorio que lleve a la luna: aretes, collares o pulseras. La luna está ligada a nuestros ciclos menstruales, y aún incluso sin tenerlo, nos beneficia pues nos reconecta con la naturaleza. 

– Comparte con otras mujeres. No juzgues, ESCUCHA! no hables, ESCUCHA! entrégate a tus amigas y abraza con inmenso amor. La energía femenina florece entre mujeres. 

– Intenta tener embarazos naturales sin muchas intervenciones médicas, procura parir de forma natural y lee del tema, no tengas miedo a las ideas creadas por el sistema patriarcal de dolor o miedo. 

– Alinea tus ciclos con la luna, o procura mantener ciclos menstruales regulares. No te excedas con luces azules de noche, pantallas, luces blancas y celulares. Toma sol por la mañana y oscurece el espacio por la noche. 

– Busca el placer: disfrútate, disfruta la vida, come rico, muévete de forma suave, busca mantener una sexualidad que te otorgue placer. 

– Practica espiritualidad. En qué crees? en dónde pones tu energía? Confía, relájate, medita, reza si lo crees, practica de rituales. 

– Estudia más de medicina natural. Incorpora infusiones, homeopatía, hierbas y masajes. 

– Disfruta tu cuerpo suave. Creo, ahora después de ser madre más que nunca, que nuestra eterna búsqueda de un cuerpo con poco porcentaje de grasa y altamente musculoso está basada en una energía muy masculina. Nuestro cuerpo puede ser fuerte y suave a la vez. Aprende a amar tus pliegues, incluso tu flacidez. 

– Vístete para tí, usa ropa cómoda y de fibras naturales, cuestiona tu manera de vestir pues la mayoría de prendas que usamos vienen de tendencias bajo energías masculinas, qué te gustaría usar realmente? 

Dejaré este tema hasta aquí con la intención de hacer una segunda parte más desarrollada (además mi bebé está llorando y debo correr a alimentarle, bendito cuerpo que da luz y crea alimento). 

Escríbeme abajo de tu experiencia y qué más te gustaría saber. 

Con amor, Cata.