Bajo qué valores decido vivir?
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Hace algunos días pensaba cómo ha ido cambiando nuestra idea de belleza. Durante unos años se celebra a la mujer que es extremadamente delgada, y con los años pasamos a mujeres con más curvas como Kim Kardashian, luego admiramos a los cuerpos atléticos y así nos la pasamos colocando diferentes tipos de cuerpo en el pedestal de ideal estético femenino, pero cuál es la verdadera belleza?
Cuando escribí un poquito de mi historia (en este posteo), te contaba cómo durante años pasé buscando en el ejercicio una manera de moldear mi cuerpo para calzar en un estándar de belleza que me hiciera sentir parte de “la tribu”, de un grupo de mujeres que yo había colocado dentro de la categoría de belleza, pero ahora, más de 15 años después, me doy cuenta que para alcanzar ese tipo de cuerpo requería cambiar muchas cosas en mi vida, y así lo hice, para verme de esa manera: dejar de asistir a actividades sociales porque al día siguiente tenía que madrugar para ejercitarme, cargar mi comida, pesar mi comida, agendar mi día alrededor del ejercicio…y una suma de cosas que tenía que hacer para alcanzar esa estética corporal.
Así me la pasé por años, muchas veces diciéndome que lo hacía por salud, y aunque así fuese, siempre estaba esta idea de verme de cierta manera, de ser ‘fit’ y seguir calzando. No fue hasta que tuve mi primer pérdida de embarazo que me di cuenta que el ejercicio que estaba haciendo no era lo que mi cuerpo necesitaba para florecer y sentirse verdaderamente sano, es más, cuando “mejor” me veía físicamente fue cuando más brotes de acné tenía, más desequilibrios menstruales y falta de libido, más estricta con mi comida estaba (menos disfrutaba y mayores eran mis restricciones).
Ahora, pleno año 2023, veo la importancia de la suavidad en el cuerpo femenino, la necesidad de porcentajes de grasa mayores a los requeridos para vernos ‘marcadas’, y lograr dentro de estos pliegues y suavidad (sin llegar a la obesidad) un cuerpo fértil y un ambiente hormonal más estable. Así mismo. Por ejemplo, tener “cuadritos” en el abdomen, requiere de porcentajes de grasa menores a 17 ó 15%, pero para lograr ciclos menstruales estables y un metabolismo sano, necesitamos al menos 18-20% de grasa corporal, e incluso podemos pasar los 25% que sugiere saludable el índice de masa corporal (IMC).
Después de dos embarazos siento que, voy logrando no aferrarme a este cuerpo, porque he encontrado que soy mucho más que esto, soy muy capaz de tantas cosas (un súper poder que nos da la maternidad si nos abrimos a ella por completo), puedo trascender este plano físico para enfocarme en mi evolución y la coherencia que quiero alcanzar en esta vida.
Pero todo esto suena muy lindo, no? Bueno, lo es, hasta que me enfrento con los mensajes constantes que recibo de la sociedad: en los medios de comunicación, redes sociales y viendo (a través de la tremenda comparación) a otras mujeres en la calle. Se vuelve fácil decir que no me aferro a un cuerpo físico cuando estoy en casa, pero cuando llevas más de 20 años de darle importancia, es difícil, pero necesario, desaprender y borrar de mi cabeza tantas tonterías que he dejado que me acompañen.
Cómo lograr ese trabajo de no aferrarme a mi cuerpo físico?
- Veo este cuerpo como un vehículo para alcanzar mi mayor meta en esta encarnación, vivir alineada con mi verdad y en total coherencia para alcanzar un desarrollo personal y evolución constante.
- Me di cuenta de lo que es capaz mi cuerpo sin necesidad de verme como mi mente cree que debe hacerlo (a ver, parir un hijo es la acción más ‘fit’ que una mujer pueda hacer).
- Entiendo que las mujeres que viven del fitness y logran una estética corporal específica SE DEDICAN A ESO, viven para eso y no tiene mucho más que pensar en su cuerpo, no es mi caso.
- Me enfoco en lo que puedo hacer HOY. Mi misión diaria de estar presente con mis hijos, en mi hogar con mi familia.
- Dejo de ver de forma inconsciente las redes sociales. Consumir contenido basura me afecta, entonces decido escoger lo que veo con intención (y por pocas horas). Una meta que me puse fue intentar crear más y consumir menos en redes sociales. Si paso más tiempo viendo del que paso creando, entonces reformulo.
- Llevo un plan de entrenamiento específico para funcionalidad física. Ahora, por ejemplo, quiero seguir porteando a mi segundo hijo Gaspar, hasta que tenga al menos 18 meses, por lo que requiero una espalda fuerte, glúteos capaces de cargar peso extra y brazos que puedan alzar a ambos niños. Voy al gimnasio para ver resultados de funcionalidad, viendo avances que me reten y menos pensado en la estética.
- El baile y la feminidad me han ayudado muchísimo. Bailar y mover mi cuerpo sin miedo a nada, ir a clases de baile o hacerlo en casa. Además, irme acercando más a mi feminidad. Qué es ser femenina? Cómo se siente? No es pasármela en vestidos o estar en casa haciendo pan, aunque ambas suenan bien, pero es un sentimiento de empoderamiento del cuerpo femenino, sentirme a gusto en mi piel, confiando en que este cuerpo está creado para procrear, alimentar otro ser humano, y si no eres mamá también está creado para esto, aunque no desees hijos nuestros cuerpo tienden a cargar más peso en la parte inferior (piernas y caderas) como mecanismo para almacenar grasa para asegurar embarazo y lactancia saludables (aunque no queramos nunca procrear).
- La ropa es también de gran ayuda. Esto es algo MUY personal, pero he optado por telas más suaves, idealmente naturales como el algodón o lino que son suaves y moldean mi cuerpo de forma más natural, sin apretar mi cuerpo ni tallarme más de la cuenta. Hace unos años me sentía muy orgullosa de mostrar mi abdomen o enseñar mis piernas, pero ahora, puede que quiera hacerlo alguna vez, pero quiero sentirme más “suelta” dentro de mi ropa, poder sentirme cómoda y no buscar ser vista o admirada porque este cuerpo es para mí.
- Pero el tip más grande que te podría dar es el de hacer un trabajo personal GRANDE, hacer EL TRABAJO. En mi caso llevo ya poco más de un año con una terapeuta del psicoanálisis que me ha llevado hasta lo más oscuro de mi historia para ir sacando a la luz lo que debe ser sanado. Lo que no se habla, se queda atascado y te carcome, y pasarás eternamente evadiendo con cosas como el cuerpo, las compras, las malas relaciones, o malas decisiones.
Al final, la autoimagen es una foto mental que tenemos de nosotras mismas, es cómo nos percibimos en un espejo a través de nuestros ojos, pero la pregunto sería ‘usamos realmente nuestros ojos para vernos?’ o será que nos vemos a través de los ojos de un sistema que nos ha implantado cómo DEBERíAMOS de vernos, no es justo.
Si mejoramos nuestra relación con nosotras mismas, nos aferramos a nuestro valores y encontramos nuestra misión de vida en el momento presente, cambiamos poco a poco el concepto que tenemos de nosotras mismas y dejaremos de poner atención a algo tan poco importante como lo es encajar en un estándar de belleza, y empezaremos a vivir realmente la salud, por un verdadero amor por el cuerpo que nos permite movilizarnos y sentir físicamente las cosas bonitas de esta vida.
Qué tal? Cómo ha sido tu relación con tu imagen corporal? cómo te percibes y qué podrías mejorar?
Nos leemos pronto!
Cata